construida entre 1741 y 1749 en el rancho conocido como “La Olla Grande”, nació para aliviar la escasez de agua en Guanajuato y preservar aguas limpias tras las primeras lluvias. Su nombre proviene de este rancho, y desde 1750 se celebra con gran entusiasmo la tradicional “Apertura de la Presa”, cuando se abren las compuertas para renovar el agua y dar inicio a la temporada de lluvias, un ritual anunciado con pañuelo blanco por autoridades a la 1 pm acompañado del “Vals Sobre las Olas” de Rosas.
Con el tiempo, la apertura se convirtió en una fiesta popular con juegos mecánicos, música, puestos de comida y actividades culturales, declarada patrimonio cultural intangible en 2013.
Hoy, la presa es un sitio recreativo muy querido, ideal para caminar por su malecón, disfrutar de áreas verdes, paseos en lancha y buena comida en los restaurantes y ambulantes circundantes. Además, su entorno se ha consolidado como polo turístico con eventos artísticos, gastronómicos y culturales durante todo el año.